Molinos harineros de Córdoba y Santa Fe buscan crecer en Brasil
Integraron una reciente misión comercial a ese país; alertan por los costos de logística
CÓRDOBA.- El mercado brasileño abre oportunidades para los molinos harineros argentinos, aunque quienes participaron de una misión agroindustrial organizada por Cancillería, la agregaduría agrícola de la Argentina en Brasil, el consulado y Agroindustria de la Nación, alertaron que los costos de logística quitan competitividad.
De la misión, con eje en Florianópolis y en Río de Janeiro, participaron nueve empresas cordobesas y santafesinas y representantes de la Bolsa de Cereales de Córdoba, la Cámara de Cereales de Córdoba y la Agencia ProCórdoba.
El 85% de la demanda brasileña de harina de trigo es atendida por la Argentina, que compite fundamentalmente con Uruguay y Paraguay, aunque también se registran importaciones de Turquía, que subsidia la actividad.
Los molinos cordobeses participan con alrededor del 15% de las exportaciones a Brasil, que este año demandará alrededor de 700.000 toneladas. El volumen varía en función de su propia cosecha y de la situación económica, explicó a LA NACION Ramiro Farías, de la Bolsa de Cereales de Córdoba.
«Es un mercado que ya está abierto, pero el objetivo es posicionarse más fuerte en particular en un año donde Brasil redujo su área sembrada de trigo y el frío afectó la cosecha, que caería entre el 20% y el 25%», dijo. Su producción pasaría de 6,2 millones de toneladas a 5 millones de toneladas. Además, las empresas apuntan a ingresar con otros productos, como pastas secas y galletas.
De la actividad participó Molinos Cañuelas, que participa con alrededor del 30% en el mercado interno y crece en sus envíos al exterior. El resto fueron empresas medianas y medianas a chicas. Desde Molinos Viada, instalado en Villa del Rosario (Córdoba) y que procesa 300 toneladas diarias de trigo, Leandro Profeta indicó a este diario que existen oportunidades. «Hay que buscar nichos que se pueden explotar, hacer un trabajo específico con los clientes. A los más grandes les conviene el volumen, nosotros debemos buscar segmentos», dijo.
Planteó que los costos están «muy ajustados; es muy fino el negocio, si hay que ir a puerto es caro y la competencia es fuerte». Destacó el interés de los integrantes del cuerpo consular para que puedan cerrarse negocios.
Viada dejó de exportar hace unos cinco años a Brasil porque su principal destino era (y sigue siéndolo) Bolivia y tenía su capacidad al límite. La duplicó en 2014 y ahora sondea regresar a ese mercado. Entre el 40% y el 50% de su producción se vende afuera.
Competitividad
Daniel Barrera, del Molino Las Junturas, de esa localidad del este cordobés, muele 100 toneladas diarias. Integró la misión para explorar la posibilidad de vender harina y pastas secas. «Hay interés; vamos a avanzar en los contactos y hacer números detallados», señaló.
Barrera explicó que, aparte del costo de la mercadería en sí, poner una tonelada en el molino tiene un costo de $ 200 pesos la tonelada, mientras que el flete hasta la frontera es de $ 45. «En el norte brasileño hay interés, pero la logística es mucho más significativa». Asociaciones empresarias del estado de Pernambuco plantearon la posibilidad, a mediano plazo, de ofrecer a los exportadores beneficios impositivos y hasta un depósito para stock.
Profeta dijo que Argentina tiene «todo» para ganar mercados pero que hay que «seguir trabajando para bajar costos».